Sierra Oeste de Madrid, 17 de febrero 2021
Dado que durante el mes de febrero no era posible visitar otras comunidades autónomas, decidimos organizar una serie de excursiones de un día bajo el epígrafe "especial águilas imperiales de la Sierra Oeste". Es precisamente en estas fechas, y desde finales de diciembre, cuando nuestras águilas imperiales se muestran activas marcando contínuamente sus territorios con esos característicos ladridos mitad cuervo mitad perro. Finalmente conseguimos sacar adelante una serie de cuatro excursiones de un día (evitando los fines de semana para no coincidir con esa multitud de gente que salía a tomar aire puro después de pasar una semana trabajando y sin apenas salir de casa). El resultado final fue muy positivo y en todas y cada una de esas cuatro salidas logramos observar varias águilas imperiales. Desde las 12 aves diferentes vistas precisamente en esta primera salida, hasta las 4 águilas distintas el día que menos vimos... pero coincidiendo esta excursión precisamente con las mejores observaciones de un ave volando bajo muy cerca de nuestra posición.
Comenzamos nuestro itinerario siempre en las cárcavas del río Perales, a la espera de que el sol de la mañana calentaria el suelo y se produjeran las primeras térmicas que animase a volar a las rapaces. En el río Perales vimos bisbitas comunes (ahora llamados pratenses), curruca capirotada, verdecillo, colirrojo tizón, pinzón vulgar... buscamos sin éxito al pico menor. Después de un agradable y corto paseo nos trasladamos a la localidad de Navas del Rey. Justo nada más entrar en el casco urbano nos recibió una rueda de buitres donde se camuflaba un adulto de águila imperial... la primera del día. Posteriormente, no lejos de allí, veríamos cuatro aves a la vez separadas por apenas unos cientos de metros. Dos parejas siendo uno de sus miembros un ave de cuarto año. Un macho de azor también cruzó nuestro campo de visión bastante raudo para desaparecer al poco tiempo.
Continuamos nuestra ruta hacia el embalse de Picadas donde aparecieron otras dos águilas imperiales y dos águilas perdiceras, observadas a bastante distancia con los telescopios. Desde el embalse divisamos también los primeros grupos de grullas en migración hacia el norte, avión roquero y un macho de roquero solitario. El incesante goteo de buitres leonados y buitres negros nos mantuvo entretenidos el resto de la mañana, hasta que decidimos movernos a la ermita de Navahonda donde comimos.
La tarde la pasaríamos haciendo una pequeña ruta desde Robledo de Chavela hacia la pase del pico Almojón. Allí registraríamos nuevamente otras tres águilas imperiales adultas, dos en vuelo y una posada en la lejanía en un pequeño pino silvestre. Un fantástico final para una entretenida excursión que culminó con la observación de rastros de tejón en el barro fresco. El regreso a Madrid lo hicimos en el horario previsto.
Embalse de Picadas, donde al menos cría una pareja de águilas imperiales ibéricas
Buitre negro
Aguilas imperial ibérica cerca de Navas del Rey
El mismo ejemplar de águila imperial ibérica que en la fotografía anterior
Damero de águila imperial ibérica. Este ejemplar macho está emparejado con una hembra adulta.
Uno de los diferentes azores que observamos ese día.
Varios grupos de grullas comunes pasaron durante todo el día dirección norte.
Ejemplar adulto de águila imperial ibérica cerca de Robledo de Chavela
Huella de tejón
Vistas al atardecer desde las cercanías del pico Almojón
Foto de grupo cuando aún nos faltaba por ver las dos últimas águilas imperiales... no fueron diez, sino doce las águilas vistas ese día